Lugar en el que todo lo que soy no era, en donde yo era indudablemente libre, todo estaba contenido y al mismo tiempo no había líneas que rebasar; todo lo sentía, todo lo escuchaba, siempre, por doquier. No se puede olvidar el viento originario sobre el que mi masa se ha posado, sin él no era, no soy y no seré. Soy añoranza de nada y cierro los ojos para volver.
Cuarto negro en donde yacen abatidos los objetos negros, las paredes oscuras conservan el aliento del brillo de las estrellas, la luz que ya no puedo ver, las trayectorias de un cuerpo que nunca se movió; aquí ha perecido la voluntad de ser, el presente extendido lo tapa todo. Cuarto que no es, pero en el que estoy.